Más de 700,000 envases de cola importados de China y confiscados por la Policía Fiscal de Turín por toda Italia contenían substancias prohibidas, tóxicas y cancerosas. La investigación empezó con unos descubrimientos tecnocientíficos en muestras de productos vendidos en la capital piamontesa, en la cual se ha detectado la presencia de sustancias peligrosas, en una concentración mayor de la permitida por la ley.
Estas incluyen, en particular, diclorometano y cloroformo, que, en caso de inhalación, ingestión o si son absorbidos por la piel, pueden provocar lesiones agudas o crónicas. El pegamento en cuestión fue encontrado en dos depósitos distintos en Pulla y en Campania. Diez empresarios fueron denunciados para una serie de crímenes: fraude commercial, informaciones cualitativas falsas sobre los productos, comercialización peligrosa de productos que contienen sustancias prohibidas. El valor de los bienes confiscados supera 2 millones de euros.